Si. Tú.

Háblame. Dime que vuelves. Dime que deseas esto tanto como yo. Ni mañana ni en cien años, ahora, dando vueltas en tu casa y sin poder dormir, pensando en cada momento que pasamos juntos, en cada mirada, en esa cara que dices que pongo cuando tú me escribes. Háblame por que yo te espero. Por que vivo y no hay otro igual. Por que tu último mensaje fue un beso, y es todo lo que yo deseo.

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