Etiquetas:
Algo para recordar,
tú.
- domingo, 6 de enero de 2013
Pues era un millón de pequeños detalles, y al sumarlos todos se veía que estábamos hechos el uno para el otro. Y yo lo supe, lo supe la primera vez que la toqué. Fue como llegar a casa, sólo que a una casa que nunca había visto, y fue al darle la mano para ayudarla a bajar de un coche...Y lo supe. Fue como... Magia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)